28 ago 2013

THE NEXT BIGH THING


'Creíamos que las cosas no podían ir peor pero...', así comienza el artículo que le dedica el Daily Mail este verano. 'Inevitablemente afeminado!', la BBC. 'Los radicales diseños unisex', tituló The Guardian uno de los varios textos que le ha dedicado recientemente. 'Atroz', 'Estúpido', 'Ridículo', 'Grotesco', 'Imposible'... son otras de las muchas perlas que se han dicho sobre él en su corta trayectoria: JW Anderson.



Su colección 'Mathematics of Love' y sus modelos vestidos de cuero, volantes, guantes y mucho palabra de honor dejó a los espectadores al borde del precipicio. Recuerdo la excitación con la que mi socio y yo esperamos aquel desfile. ¡Qué  larga se nos hizo aquella mañana! Interrumpimos con algún pretexto lo que teníamos que estar haciendo para poder conectarnos y, medio a escondidas, poder verlo... ¡Y quisimos llorar! Entramos en ese estado de alucine que tienes cuando estás viendo algo que sabes que es grande... Tuvimos uno de esos subidones en los que quieres comentar lo que has visto, pero estás tan emocionado... ¡que no puedes!






Con su última colección,'The Fear of Naturalism', (el nombre es toda una declaración de principios), Anderson termina de dinamitar toda convención social entorno al género: ¡Cuellos halter, semitransparentes y con estampados florales! Otra vez... ¡cuellos halter! ¡¡¡¡Boom!!!! ¡Ya lo ha vuelto a hacer! ¿Qué significa esto? ¡Esto ni siquiera es marica!... 'I think that´s what unnerved people: there was no gay fantasy there', dice el diseñador tras su último show. 

Jonathan, el diseñador, no es un depredador engreído, ni un ego histriónico. Lanzó su primera colección en 2007, cuando aún estudiaba en la London College of Fashion y, desde entonces, el diseñador ha ido in crescendo. Mientras mete el dedito en la llaga a unos, es aplaudido hasta reventar por otros. Por supuesto, la moda se pone a su favor. A sus 29 años, y a pesar de las polémicas, sus colecciones ('An eye for an eye', 'A brave new world' o 'Saints or assassins', entre otras...) le han valido ser elegido como Diseñador Emergente en los British Council Awards, uno de los premios más relevantes de la moda. Medios tan influyentes como el Dazed&Confused magazine dicen de él: 'Anderson tiene una sincera aspiración por ser capaz de saltar por encima de las limitaciones de género'.

Afiladamente moderno y con una franqueza inflexible, JW Anderson dice no querer comprometer a nadie, ni ser comprometido por nadie. 'Yo sólo hago esto porque quiero ser estimulado, no para ser propietario. Por eso puedo decir: si a la gente le gusta, le gusta, si no...' Suyas son también afirmaciones como: 'Me gustan los proyectos que me sacan de mi zona de confort', 'Es necesario un punto de no retorno', 'La industria tiene que ser más transparente', 'La gente olvidó lo unisex, y es tremendamente relevante ahora', 'No siento ningún interés especial en ser educado como chico o chica. Sólo quiero buscar algo nuevo...'. 

Si las intenciones de JW Anderson son tan auténticas como parecen, y si, en caso de serlo, se mantendrán intactas cuando crezca, no podemos saberlo todavía. Tampoco importa. Lo que me importa  es que propone, investiga, imagina, suma... El diseñador no es un rareza. El concepto de 'gender-neutral fashion' está y estará sobre la mesa en adelante. Todo parece apuntar en esa dirección. El creciente interés por lo unisex; los cotizados y ambigüos modelos como Andrej Pejic; marcas maistream que apuestan por estas posturas poco convencionales (Topshop fichó  al propio JW Anderson para colaborar); artistas y celebrities que eligen en los armarios del sexo opuesto (y no me refiero a Julianne Moore vestida con un smoking sexy de Saint Laurent, sino a Kayne West vestido con la colección de mujer de Celine)... La moda está anticipando ahora debates y negociaciones a las que nos enfrentaremos en un futuro.  

Muchos insistirán que Anderson y personajes del estilo no representan la mayoría. Son raros que se dedican a profesiones raras, como Mario Vaquerizo. Que los partidarios de flexibilizar estas categorías de género somos una minoría. Que, tal vez, sólo somos una pose y que lo normal siempre ha sido, es y será otra cosa. Sin embargo... ¿Somos realmente una minoría los que nos sentimos más cómodos desenfocando las fronteras del género? ¿De verdad somos tan pocos como dicen los que no sentimos como nuestras esas definiciones? ¿Somos unos outsiders los que no nos sentimos... opuestos?

Según OKI-ni, uno de sus múltiples y emblématicos puntos de venta, batieron récords cuando en 2010 vendieron 30.000 piezas de JW Anderson en ¡10 minutos! 

Ahí queda.